La nueva vida de una casa rural de piedra en Segovia
En la pequeña localidad de Frumales, en Segovia, se encuentra Casa Fru, una vivienda unifamiliar con una fachada de piedra que reivindica el contexto del paisaje segoviano en el que se encuentra. Este proyecto pone en valor las técnicas de construcción vernáculas y los materiales existentes para configurar un hogar contemporáneo.
Un proyecto que respeta el entorno y la tradición
La vivienda se ubica en un valle de pinares, rodeada de campos de cultivo y construcciones residenciales y agrícolas de diferentes épocas, a orillas de un arroyo. Los arquitectos del Estudio Roberto Lebrero han optado por dar valor a los materiales y texturas del lugar y por poner en valor el contexto del paisaje tranquilo en el que se emplaza la vivienda.
En este proyecto, los arquitectos han hecho uso de tres parcelas deformadas por sucesivas segregaciones en las que había construcciones en diferentes estados de ruina. Han optado por recuperar la piedra existente para reutilizarla en la fachada de la nueva construcción y, de esta manera, darle un nuevo uso a un material local que estaba en desuso.
Un interior luminoso y acogedor
En el interior de la casa, la estructura de madera vista es la gran protagonista del espacio y define la geometría, el volumen y la materialidad del espacio doméstico. La madera aporta calidez y acentúa la sensación de hogar. La estructura está formada por dos tipos de pórticos que se repiten a lo largo de toda la vivienda, uno corto que abarca la zona de estar, cocina y patio de acceso, y otro largo que se usa en la zona de habitaciones.
El suelo está revestido con gres porcelánico negro, que contrasta con el blanco de la pared y el tono cálido de la madera. El material es el mismo en toda la casa, incluyendo las terrazas, para ampliar la sensación espacial desde el interior y generar continuidad entre interior y exterior.
Un proyecto sostenible y eficiente
Para hacer frente a la dureza climática de la meseta castellana, se han dispuesto estrategias climáticas activas y pasivas que permiten lograr una calificación energética A, minimizando el consumo energético al máximo y proporcionando un confort térmico óptimo en el interior. La altura de techo junto con la disposición de huecos facilita la ventilación cruzada o el efecto chimenea según la estación, mientras que un hogar central produce y distribuye calor a toda la vivienda durante los meses fríos.
La apuesta por recuperar la piedra se debió en parte a usarla como recurso compositivo y en parte para seguir un criterio de eficiencia y sostenibilidad, ya que el material ya existía y no había que pagar por él ni generar residuos o costes de tratamiento.
La recuperación de la tradición vernácula
La precisión y cuidado en los detalles hacen que Casa Fru sea una experimentación con la tradición vernácula, el rescate de un lenguaje propio de una forma de construir con materiales y técnicas locales. La importancia de no parecer una construcción nueva es una de las características que son más evidentes en esta vivienda.
La piedra de la casa aparece combinada con paramentos lisos blancos. La cantidad de piedra existente era limitada y no cubría la totalidad de la fachada, por lo que se decidió utilizarla en todas las fachadas que configuran el volumen exterior, mientras que en las fachadas del
