Imagine un mundo sin la simple semilla. Sin almendras, remolacha, brócoli o coles de Bruselas. Nada con ese sutil crujido y esa explosión de sabor que se encuentra en tantas verduras. Incluso la palabra «verdura» pierde su significado sin las semillas como componentes básicos.
Es fácil dar por sentada la existencia de las semillas, sobre todo cuando hay tantos tipos diferentes disponibles en la tienda de comestibles durante todo el año. Pero, ¿se ha preguntado alguna vez por la historia de las semillas? ¿De dónde vienen? ¿Cómo se convirtieron en los diferentes tipos que conocemos hoy?
¿Cuál es la primera semilla conocida del mundo? Hay tres candidatos, pero no todos los expertos se ponen de acuerdo en cuál es…
Una breve historia de las semillas
Las semillas existen desde hace mucho tiempo, pero no sabemos con certeza cuándo y dónde aparecieron. Se calcula que evolucionaron hace entre 50 y 100 millones de años, cuando aparecieron las plantas con flores en la Tierra.
Los primeros seres humanos recolectaban y recogían diferentes semillas, entre ellas las de palma y las de tipo aquenio. Pero no sabemos si las plantaban intencionadamente o si simplemente las recogían cuando caían al suelo de forma natural.
La primera evidencia clara de que los humanos plantan semillas intencionadamente procede de Oriente Medio, alrededor del 9.000 a.C.. Allí se plantaron las primeras semillas domesticadas del mundo: trigo emmer, cebada, guisantes, lentejas y algunos tipos de garbanzos.
Los 3 contendientes: Los frutos secos comestibles
Estas tres semillas están consideradas actualmente como las principales candidatas al título de primera semilla del mundo.
La primera evidencia que tenemos de estas semillas es de Oriente Medio, alrededor del 9.000 a.C. Se trata de los primeros ejemplos de siembra intencionada de semillas por parte del hombre.
Las primeras semillas de frutos secos comestibles del mundo se sembraron probablemente por accidente. Cuando la gente recogía frutos secos y legumbres silvestres, algunas caían inevitablemente al suelo. Si el suelo era lo suficientemente húmedo y arenoso, probablemente habrían brotado. La gente pudo haber notado estos brotes y, con su curiosidad y apetito por los frutos secos, decidió ver si crecían.
Si esto ocurrió, fue una suerte. Estos brotes accidentales habrían sido nutritivos frutos secos comestibles, como las bellotas y los piñones, y legumbres como los garbanzos. Estos brotes de frutos secos y legumbres comestibles habrían proporcionado nutrientes fundamentales a los pueblos de Oriente Medio. Incluso podrían haber salvado vidas en tiempos de escasez de alimentos.
Las semillas como alimento: aquenios y bayas
Los aquenios son uno de los tipos de semillas más antiguos. Los arqueólogos han encontrado pruebas de su uso como alimento que datan de hace unos 13.000 años. E incluso han encontrado algunos ejemplos de restos de aquenios que son incluso más antiguos. Los aquenios se encuentran en una gran variedad de plantas, incluidas muchas verduras comunes: guisantes, judías, lentejas, alcaravea, comino, cilantro, alcaravea, mostaza, sésamo, calabaza y girasol.
Hasta hace poco, los científicos pensaban que los aquenios eran el primer tipo de semilla. Pero recientemente han encontrado evidencias de semillas aún más antiguas.
Esa evidencia se encuentra en los restos de una planta que estuvo muy extendida en África y Asia. La especie de arbusto o árbol pequeño Adlumia se utilizaba para hacer un valioso té medicinal.
El té se daba a los niños o adultos que tenían fiebre. También se administraba a personas con otras dolencias. El té se utilizaba como remedio para la tuberculosis, la malaria, la disentería, las lombrices intestinales y los parásitos intestinales.
El té, espeso y viscoso, tenía un sabor fuerte y amargo. También era de color marrón rojizo. El té se elaboraba con la corteza y las raíces de la planta adlumia, que contenía una savia medicinal.
Semillas como medicina: nueces de adlumia y mongongo
Además de ser un sabroso fruto seco y una valiosa fuente de alimento, la semilla de adlum es también una excelente fuente de tanino. Es la sustancia química que da al té su sabor astringente y ayuda a reducir la diarrea. De hecho, el árbol de adlumia fue probablemente la primera fuente de tanino como conservante alimentario. Es un conservante natural que inhibe el crecimiento de las bacterias.
El tanino se extrajo posteriormente de la corteza del árbol de adlumia y se utilizó como conservante natural de los alimentos. Todavía hoy se utiliza para curar el pescado y fabricar cuero, así como ingrediente de algunos tipos de cerveza.
Otro tipo de semilla que también se ha utilizado como semilla medicinal es la nuez de mongongo. Estas nueces crecen en estado salvaje en África. Se recogen de la especie de arbusto Etlingera.
La nuez de mongongo es una semilla muy nutritiva con una textura mantecosa. Fue utilizada por los primeros humanos como fuente de alimento. También tiene un alto contenido en grasas y proteínas. Puede comerse cruda, tostada, hervida o molida. La nuez del mongongo se ha utilizado incluso para fabricar biodiésel.
Resumen
Estas tres semillas están consideradas actualmente como las principales candidatas al título de primera semilla del mundo. Hay ejemplos de aquenios y frutos secos comestibles que datan de hace unos 13.000 años. Y hay ejemplos de semillas de adlum que datan de hace unos 35.000 años.
Los aquenios son uno de los tipos de semillas más antiguos. Los arqueólogos han encontrado pruebas de su uso como alimento que datan de hace unos 13.000 años. E incluso han encontrado algunos ejemplos de restos de aquenios que son incluso más antiguos. Los aquenios se encuentran en una gran variedad de plantas, incluidas muchas verduras comunes: guisantes, judías, lentejas, alcaravea, comino, cilantro, alcaravea, mostaza, sésamo, calabaza y girasol.
Semillas como medicina: las nueces de adlumia y mongongo también se han utilizado como semillas medicinales. La semilla de adlumia es una excelente fuente de tanino. Es la sustancia química que da al té su sabor astringente y ayuda a reducir la diarrea. La nuez de mongongo es una semilla muy nutritiva con una textura mantecosa.
Todas estas semillas son excelentes candidatas al título de primera semilla del mundo. Se han utilizado como alimento y medicina durante miles de años. Y se han encontrado en fósiles que se remontan a la Edad de Piedra.